La manana que conoci a Sarah me estaba muriendo. Pedi un cafe con leche en la cafeteria de el campus porque la novia habia pedido individuo. De compensarlo, me mate sobre hambre inclusive altas horas sobre la noche. Por fortuna, lo habian preparado con latex descremada, nunca entera, mismamente que tenia permitido cenar.
Con la pandemia causando estragos en mi terreno desplazandolo hacia el pelo la anorexia gritando en mi interior, necesitaba a Sarah. La novia era la luz personificada ojos castanos dorados, aretes colgantes, estrellas en su camiseta, el hoyuelo en la mejilla. Me envio un mensaje sobre escrito despues de la segunda cita de declarar que era “amable” y no ha transpirado “linda”.